4 ene 2011

UN IQ ALTO NO ES GARANTIA PARA EL ÉXITO PARTE 1


Una persona emprendedora, exitosa y arriesgada puede tener un patrimonio más prometedor que alguien con un coeficiente intelectual superior.

A diferencia de lo que muchos podemos pensar, estudios a nivel internacional han demostrado que nuestro nivel de inteligencia –entendiéndose como IQ (Coeficiente Intelectual)- tiene poco que ver con la formación de nuestro patrimonio. De hecho, la gente que cuenta con un nivel de inteligencia por arriba del promedio –aunque tienen posibilidad de obtener mayores ingresos-, no necesariamente alcanza un mayor patrimonio.

Para muchas personas, esto es reconfortante. Es decir, la gente inteligente comete errores en el manejo de su dinero, como cualquiera. Existen algunas teorías por las que esto sucede: esa inteligencia se traduce en demasiado conservadurismo; otra, menciona que la gente con más éxito no es necesariamente la que tiene el IQ más elevado, sino la que ha desarrollado su inteligencia emocional. Algunas características de quienes logran no sólo controlar sus emociones, sino aprovecharlas, son:

1; TRANSFORMAN SUS FRACASOS EN EXITOS.
Millonarios exitosos comenzaron fracasando, y valoraron esos tropiezos. Entendieron que gracias a ellos y a que pudieron levantarse, generaron experiencias valiosas que, posteriormente, trasformaron en grandes logros.

2; CREAN SUS PRIPIAS REGLAS.
Quienes logran amasar un patrimonio considerable, no necesariamente fueron lo más brillantes en la escuela. Son personas creativas, intuitivas, pero sobre toso inquitas. Rompen reglas establecidas para crear otras mejores. Fragmentan esquemas tradicionales, como “eso no puede hacerse, nadie nunca lo había hecho”, para transformarlo en “el que nade lo haya hecho , no significa que no pueda realizarse”.

3; TRABAJAN EN EQUIPO Y SINERGIZAN.
Las personas exitosas son las que trabajan con los demás, y se rodean de gente mejor que ellos. Crean sinergias y, por lo tanto, logran más de lo que podrían realizar de manera independiente.

4; COMIENZAN CON UN FIN EN MENTE.
Saben muy bien de dónde vienen, pero sobre todo hacia dónde quieren ir. La creación del patrimonio no es su meta principal: sino lo que quieren hacer con él. Valoran la independencia financiera, no como un medio para gastar y vivir bien, sino como lo que es: la capacidad de lograr más u de no depender de la falta de liquidez para tomar sus decisiones de vida.

5; CONOCEN EL RIESGO Y LO MANEJAN A SU FAVOR.
Como mencionamos anteriormente, las personas con un IQ alto suelen huir de los riesgos y protegerse excesivamente. Por el contrario, las personas con inteligencia emocional aprenden a manejar el riesgo: invierten cuando los demás huyen –y por lo tanto, obtienen verdaderas gangas- u venden cuando todos están dispuestos a comprar, tomando sus utilidades.

6; SON MODESTOS.
Saben que el éxito es productos de su talento. Reconocen sus limitaciones, pero también saben de sus habilidades innatas. No tratan de aparentar más de lo que son porque no lo necesitan: saben bien quienes son.

7; VIVEN POR DEBAJO DE SUS POSIBILIDADES.
Son personas que, como logran controlar sus emociones y usarlas a su favor, saben perfectamente que no buscan un estilo de vida predeterminado. Por el contrario, saben que quieren construir un patrimonio y lo logran usando la receta de la abuela: viviendo por debajo de sus posibilidades, ahorrando e invirtiendo sus excedentes.

Próximamente Parte 2

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